viernes, 28 de febrero de 2014

Paco de Lucía, el dolor de la guitarra

LA COLUMNA DE LOS VIERNES

Paco de Lucía, el dolor de la guitarra






"Se nos ha ido el maestro, el genio, el revolucionario, el más grande guitarrista que ha alumbrado esta tierra. Nos asombró con su capacidad para expresar con las 6 cuerdas, nos enseñó a hacer reír y llorar a nuestro instrumento, y a reír y a llorar con él. Llevó nuestra querida guitarra por el mundo, no sólo en el flamenco, al que encumbró e internacionalizó, sino que se atrevió con el clásico, con el jazz, con la fusión, porque con todo era grande, siempre reinventándose, siempre dispuesto a experimentar, siempre asombrándonos. Se ha ido demasiado pronto, y hoy el mundo es un poco más pobre, un poco más triste, y el mundo de la MÚSICA, sí, con mayúsculas, estamos un poco huérfanos. Descanse en paz el maestro Francisco Sánchez Gómez, PACO, el de la Lucía" (MiguelPeriáñez en Facebook)




He querido comenzar este artículo con estas palabras de Miguel para tratar de paliar en lo posible mi complejo de intruso.

Yo no soy un apasionado del flamenco, no soy ningún experto en guitarra, apenas sé cómo se coge. No entiendo de “palos”. Pero tengo amigos que sí: Miguel, el Morita, Benito, mi propia hija Patricia, Carlos….

Ellos entienden, yo no. Pero me gusta. Algunas cosas incluso me gustan mucho. Y lo que hacía, lo que hace, Paco de Lucía (el de la Lucía) me entusiasmaba, me entusiasma.

Tuve la enorme suerte de verle, de oírle en Salamanca, acompañado de mis tres chicas, y aquello me pareció apoteósico. Sus manos parecían moverse por una enorme catarata de agua cristalina que emitía unos sonidos, unos ritmos aparentemente imposibles para un neófito como yo. Si cerrabas los ojos, lo que sonaba en aquel escenario y se propagaba en la amplitud de aquel recinto para irse introduciendo en los sentidos y en los sentimientos agradecidos de los que allí estábamos, bien podía venir de un inexistente mundo perfecto, bien distinto al nuestro. Pero si abrías los ojos y le mirabas a él y a los que con él estaban, comprendías que la deseada perfección estaba allí delante, ante nosotros. Había momentos que aquello no me parecía real.

Y ahora está muerto. Ya no va a crear más, ya no vamos a poder volver a verle y oírle en directo. Es mucha la pérdida. Entiendo perfectamente las palabras de el Peri, todo es ya un poco más triste.

Si yo supiera tocar la guitarra, si yo fuera capaz de cantar algo que se pareciera a una canción flamenca, te aseguro que ya estaría intentándolo. Te quiero honrar, pero no sé hacer esas maravillosas cosas. Solo me atrevo a quererte con un poema, y lo voy a intentar. Nunca sé si seré capaz de acabar un poema cuándo me pongo a ello. Yo lo empiezo y que te busque…

El dolor de la guitarra

ya tiene fecha,

ya tiene nombre

lanzado al corazón, con flechas,

de los hombres,

del canto,

del flamenco.

Nunca el duelo fue tan verdadero,

al dolor de la guitarra

le tocó su momento.

Más corto tendría que haber sido éste Febrero.

…./……

Ricardo Garanda Rojas

@rgarciaaranda

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