viernes, 18 de julio de 2014

¿De quien es el hijo de la Playa?



LA COLUMNA DE LOS VIERNES

¿De quien es el hijo de la Playa?

Soñad si queréis,
soldados del mundo,
con la paz,
pero no la hay entre guerreros.
no hay paz
cuándo es la orden
que dominéis el espacio del contrario,
que robéis su alma,
su riqueza y su miseria…


“El Hijo del Otro” es una película que cuenta una curiosa historia, desgraciadamente impensable por lo bien que acaba, por la cantidad de amor que desborda, por la naturalidad con que éste amor se impone a las diferencias, a la confrontación, al odio.

Los protagonistas son un judío israelita y un musulmán palestino. ¡Vaya momento para asumir la historia de ésta película!. Pero sin duda alguna ésos personajes deben existir en algún rincón. Tal vez con otra historia que contar, pero personajes que sueñen y sientan un final feliz para ellos, para sus familias, sus amigos, sus pueblos… tienen que existir en algún sitio, es imprescindible que existan.

Soñad, soldados del mundo,
con la patria y el honor.
pero si no lo hay
cuándo te vencen,
el fracaso es aún más profundo
de quien humilla, maltrata, mata…
Será tu patria el espíritu moribundo,
no vence quien vence,
fracasa quien así vence.

Los dos protagonistas, ya adolescentes, se enteran de que fueron cambiados al nacer. No sólo les cambiaron de padres, con ello les cambiaron de religión y, sobre todo, les cambiaron de bando.

El invasor sionista es ahora el invadido palestino y viceversa. Padres cabreados uno con el otro y madres preocupadas solo porque ahora existe un hijo que no conocían, cómo si no existiera una salvaje realidad alrededor de la historia.

Soñad, soldados del mundo,
en vuestro inútil destino
de locas razones.
soñad que la sangre
de los niños del otro
no es roja, no es líquida
ni circula por infantiles corazones.
soñad, soldados malditos,
que la sangre del pueblo palestino
no es mejor
que la vuestra intrusa.

Leed la última reflexión del protagonista principal de ésta película de Lorraine Lévy: “Ya que he sido yo quien empezó esa vida tengo que hacer que sea un éxito. Para ti, que tienes mi vida, Joseph, no la desperdicies”.

¿Podemos imaginarnos ésa reflexión ahora?, cuándo el ejército israelita está masacrando a los palestinos de Gaza no parece posible que un adolescente de un bando pueda asumir el éxito de una vida en el bando contrario. Y si fuera posible ése sentimiento, sencillamente no se lo permitirían.

La historia del films te hace pensar, pero nunca he visto una ficción tan ficción. Me duele pensar que haya gente, y me temo que habrá mucha, que debata sobre la historia de ficción y no se le rompa el alma con la historia real.

Ante las fotos de niños masacrados en la playa mientras jugaban, ¿algún israelita se ha puesto a pensar que pudo haber un error en el hospital y en realidad uno de ésos niños es su hijo? Se merecen la duda.

Soñad, soldados del mundo
con la visión nada difusa
de que la guerra
y vuestra vida inconclusa,
tienen poco mérito,
no es honor verdadero.
La paz no existe
entre guerreros (*).

Ricardo Garanda Rojas  

(@rgarciaaranda)

(*) de mi poema “Soñad, Soldados del Mundo” escrito en Casabas el 14-07-2014.

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