viernes, 6 de marzo de 2015

8 de Marzo: Cuándo la igualdad no avanza



 LA COLUMNA DE LOS VIERNES


8 de Marzo: Cuándo la igualdad no avanza




Los Tiempos políticos, sociales y económicos actuales no ayudan nada al avance del objetivo de las mujeres por su empoderamiento; más bien todo lo contrario porque un estancamiento en los avances sobre esta reivindicación supone automáticamente un retroceso real.



Los signos externos no permiten ser optimistas ni siquiera en las estructuras internas de las organizaciones sociales más progresistas. Es verdad que se ganan batallas feministas importantes, la paralización de la normativa que pretendía modificar a la baja la actual ley del Aborto, aunque especialmente vistosa, no ha sido la única. También es cierto que el debate sobre la necesidad de conseguir la igualdad de género está en un punto mucho más avanzado. Pero se trata del “debate”, no parece que la realidad vaya en esa misma línea de ascenso. De hecho, a veces da la sensación de que en ciertos ambientes pretendidamente progresistas parece suficiente con que lo que avance sea la dialéctica del debate.


Los trabajos desarrollados durante años desde las Secretarías de la Mujer del sindicato Comisiones Obreras, tanto en sus diversos sectores profesionales, como en los distintos territorios del Estado, pautados desde su organización Confederal y en coordinación con otras muchas organizaciones feministas, han sido fundamentales para ir creando en todos los ámbitos una conciencia colectiva sobre la importancia que tiene éste objetivo para un mejor desarrollo de nuestra sociedad. Y esto no solo en el terreno de los derechos laborales, también en los de la cultura, la ciencia, la medicina, el deporte, etc… 


Pero, a pesar de ese avance, actualmente se mantiene, por parte de las y los militantes del feminismo, una mayor exigencia en la búsqueda de mejores resultados, de avanzar más deprisa hacia el objetivo final de la plena igualdad. La mujer siempre ha tenido grandes problemas de comprensión en ésta lucha por parte del hombre. En los Gobiernos, en la calle, en la familia, en el trabajo. También, en su medida, en las organizaciones sociales a las que se supone un comportamiento más comprometido con ésta causa.


Mientras se va luchando en la búsqueda de mejores cauces,  y ya que hemos puesto el ejemplo del trabajo realizado desde Comisiones Obreras, me parece adecuado que en éste aniversario de Trabajadora, la revista de su Secretaría Confederal de la Mujer,  demos un sonoro aplauso a todas esas mujeres que han luchado, luchan y seguro seguirán haciéndolo en beneficio de la igualdad total entre la mujer y el hombre, como idóneo camino hacia las necesarias trasformaciones sociales que necesitamos. Estoy seguro de que muchas de estas mujeres han ido adquiriendo una formación extraordinaria que las ha de valer para asumir retos de mayores responsabilidades.


Dicho lo cual me gustaría terminar con un texto entresacado de un artículo que Marisa Sotelo, directora de la Fundación Mujeres, escribió dando su opinión sobre la composición exclusivamente masculina del gobierno griego: “Quienes desde las posiciones de la izquierda clásica piensan que la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres ha de condicionarse a la consecución de la igualdad de clase o de condición social, no han entendido ni aprendido nada sobre los males sociales que nos aquejan…Sin las mujeres no hay igualdad, no hay desarrollo, no hay bienestar…”  (“Sin Mujeres no hay Democracia”, del Blog Ellas. Diario El Mundo el 28-1-2015).



Ricardo Garanda Rojas  

(@rgarciaaranda)


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