viernes, 8 de abril de 2016

¿Valores? ¡No jodas! ¿Qué es eso?

Somos hipócritas hasta el hartazgo. Vivimos todos los segundos de nuestra vida rodeados de cotidiana hipocresía vital. Somos hipócritas hasta para asumir nuestra hipocresía. El espíritu de la hipocresía es tan consustancial al ser humano que ha ido rellenando los huecos que se crean según nos vamos vaciando de valores positivos.

El sistema capitalista avanza cada vez más hacia sus objetivos. Liberalismo y dinero hacen una mezcla perfecta para el sistema, así uno debe estudiar dónde quiera y lo que quiera, va al servicio sanitario que puede pagarse, y si tiene un coche que corre ¿por qué tiene que haber limitaciones a ese poder de elección?. Hay que crear, y crearemos,  un sistema de beneficencia para quien no haya sabido defenderse en la vida y así cumpliremos con nuestras obligaciones morales.


Y nuestro dinero, porque es nuestro dinero (a nadie le importa su origen) lo tenemos dónde nos parezca bien, en una cuenta de la oficina bancaria de la esquina o en una cuenta de un paraíso fiscal. ¿Por qué no?, las leyes me permiten hacer lo que quiera con mi dinero aunque tenga que someterme, de momento, a ciertas pero laxas disciplinas legales.
Y nos escandalizamos, ¿por qué nos escandalizamos? El sistema capitalista liberal es defendido en gran parte de Europa por partidos políticos que votamos, vaya que si los votamos. Y luego nos escandalizamos. ¿Somos o no somos hipócritas?. Y además éstos partidos nos amenazan con que si votamos a otros se llevan el dinero. ¿Otra vez? Pero si aquí no queda apenas nada, hasta los Bancos tienen problemas de pasivo.

Y mientras el sistema avanza hacia su perfección, tienen que replantearse el inconveniente de ver Europa inundado por gente que aún no conoce claramente estas reglas del poder y del injusto reparto. Hay que pararlos y los paran. Es fácil, cuentan con el silencio de las grandes mayorías sociales que, aunque tengan una vida de mierda, es “su vida de mierda", y nos molesta que vengan intrusos.  Pueden estas hipócritas mayorías escandalizarse en voz alta porque los miserables migrantes están allí, lejos del límite del pueblo de cada uno.

Fotografia de J.L. Romero
Uno escucha a los tertulianos sobre el divertido comportamiento de los partidos políticos en sus juegos de pactos e impactos y nunca hablan de las ideas, los principios, los valores que se supone defienden cada una de las organizaciones en liza. Que si a estos no les interesa repetir elecciones, que si a los otros les interesa simular que pactan, que los periféricos dan mala imagen, que si en el tobogán de las falsas encuestas unos suben y otros bajan, y la semana siguiente unos bajan y otros suben. Se les ha olvidado absolutamente que había una cosa que se llamaba ideología, pero lo peor es que a los teóricos guardianes de ellas también se les ha olvidado, al menos no las citan, salvo para decir todos lo mismo: “Nos interesa el bienestar del pueblo que lo está pasando mal”. Todos dicen lo mismo, al menos todos los que cuentan para el reparto, los demás están en otras cosas.
Se han convertido en verdaderos especialistas de la hipocresía, los políticos y los tertulianos. Pero los demás también, todos los demás también y por eso aceptamos esto sin cabrearnos de verdad. Ni siquiera a los hijos e hijas del 15M les interesa ya el ruido de la calle, han pasado por los salones, han olido el aroma ese alucinante de cuándo te vas acercando a los centros del poder, y andan de acá para allá con gestos hipócritamente dubitativos.

Y el PSOE, pues eso, al juego. ¡Inconscientes!. Están situando el futuro de la socialdemocracia en el balance de una contabilidad: ¿Debe? ¿Haber?. Tal vez ya no tenga remedio, tal vez pensar que aún se puede luchar desde éstas siglas para que todo sea un poco más razonablemente humano, es ya un puro sueño. Otros vendrán, pero ya más confundidos.

Y en la puerta está lo del TTIP. Que mal lo va a pasar la izquierda política y social de ésta  descuartizada Europa, y que divertido los defensores de la hipocresía liberal que va creciendo dentro de los muros del gran edificio del Capitalismo Internacional que entre todos estamos diariamente ampliando.

Esto es lo que hay.


Ricardo G-aranda Rojas (@rgarciaaranda)

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