viernes, 23 de marzo de 2018

La Vuelta al Pasado (Pesadilla en Zocodover VI).


 Ricardo G-aranda. (@rgarciaaranda)



Podemos inventarnos un futuro, se llama sueño o pesadilla, o simplemente imaginación.  Lo podemos inventar para nosotros mismos o para los demás, para las personas que conocemos, incluso para las que no, porque puestos a inventar historias ¿Qué nos impide crear de la nada a los personajes? Esa es la evidencia de los escritores, construimos vidas, a veces con tanto detalle que el lector dudará hasta dónde son verdaderos o falsos. Ni el mismo inventor lo sabe siempre. Pero, igualmente, abundan versiones de vidas inexistentes en las cabezas de esa inmensa mayoría de humanos que no las exhiben escribiéndolas.
También podemos inventarnos un presente si el conocimiento de la realidad es lo suficientemente ambiguo como para dejar libres los necesarios huecos que los demás, escritores o no, nos esforzamos en rellenar adecuando esa realidad a lo que nuestra imaginación nos demanda.

Pero lo que no es posible es inventarse un pasado sin incurrir en la voluntaria capacidad que tenemos para mentir, para tergiversar situaciones que existieron y fueron de una manera y no necesariamente como a nosotros nos hubiese gustado que fuesen. También hay espacio para el olvido, voluntario o no, pero en ningún caso eso podría ser causa de inexistencia.

Ilustración de Cecilia Romero
En este Relato que forma parte de “Pesadilla en Zocodover” ambas situaciones  se plantean: se da la opción de poder inventarse una vida actual mientras dure el desconocimiento de la realidad que la sostiene, pero demuestra imposible borrar las realidades del pasado. Nos persiguen nuestras decisiones, imborrables son las consecuencias de las mismas por mucho que las hayamos olvidado.
Las vidas actuales de los personajes tienen mucho que ver con sus interrelaciones en el pasado. Igualmente, las vidas soñadas podrán asumirse como tales solo mientras la realidad no se vaya imponiendo, que lo hará.

En este relato, el comisario Sánchez se encuentra de bruces con las consecuencias de sus decisiones en un pasado del que ni su más cercano compañero sabía nada. Ignorancia y olvido, voluntario o no, la actualidad se convierte en una “Vuelta al Pasado”.

Os invito a que lo leáis, junto con los otros catorce relatos de este libro que está a punto de salir a la calle, de dónde salió.

Lo leeremos pensando qué parte de nuestro pasado debería haber sido de otra manera. O no.


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